DE LEYENDAS Y VERSOS SUS SUEÑOS TRABADOS
(Poema de Alberto David Ripoll)
I
De leyendas y versos
sus sueños trabados
a través de la llanura bajo
centellas de escarcha
trotaba solitario un príncipe
guerrero
de regreso a su patria.
Una niebla real o soñada de
recuerdos
y presagios
su pensamiento confundía
como palabras de enigmas
de una falaz hechicera.
Los rasgos difusos de una amada
doncella
princesa de su patria
lo agotaban con falsas visiones
de caminos floridos
y senderos de fábula a través
del bosque.
Mas aquella región era el páramo
seco
de la estepa maldita y de Dios
olvidada.
De leyendas y versos
sus sueños trabados
cabalgó el guerrero
a través de un bosque de
abedules inmensos,
infinitos dedos infernales,
de gigantes moribundos el cielo
parecían querer desgarrar
y a cada golpe en la hierba que
su caballo asestaba
un poco más atrás con un
gracias a Dios
el páramo maldito dejaba.
Así, con los ojos inundados de
lágrimas
a una posada generosa llegó
como oasis bendito a su corazón
ofrecida.
Allí el posadero a la mejor cámara
le guió
despreciando las cuatro monedas
de oro
que la efigie de un zar
poderoso
lucían brillando en su mano
cual encantamiento.
"Honor es más bien para todos tenerte con nos,
valiente guerrero
y dormirás esta noche olvidando todo pesar... ".
III
De leyendas y versos
sus sueños trabados
la habitación le acogió con
cálido abrazo,
llamas silentes en el hogar
amistoso
como duendes danzaban
ante sus ojos.
Y sobre trabajada repisa de
caoba
centelleaba el icono dorado
de la Madre de Dios,
y allí junto a él
el retrato perfecto de una
rubia joven
de incomparable belleza.
Y algo despertó en el corazón
del guerrero,
recuerdos del paisaje de antaño,
su tierra,
los días de su infancia con
ríos y lagos
y caminos del bosque.
"¿Quién es ella? La más preciosa princesa que
zar alguno engendrara. ¿Una rusalka?"
Mas el posadero nada a decir
acertó
y allí cundió el silencio
hasta el momento del sueño.
IV
De leyendas y versos
sus sueños trabados
se rindió el guerrero al abrazo
de la callada virgen,
sus suaves y níveas manos así
lo empujaron
a ese limbo -témpano o nube-
de donde ya no se vuelve,
Imperio del Claro del Bosque,
luz que se extingue de una
cabaña en la maleza.
Oh voz del guerrero:
"En los días de infancia
tú estuviste a mi lado,
tú corriste conmigo por prados eternos
y casi llegué a amarte,
mas yo maduré demasiado deprisa
y hube de abandonar ese cielo perfecto
en que ambos morábamos,
mas ahora vuelvo a tu lado".
Y así hay reencuentro,
y así hay labio y mejilla,
y en la cópula última
se adentra el guerrero en un
sueño insalvable
donde nostalgias se amansan
y parece el Edén un día
abruptamente dejado.
“Ahora, esta vez, al fin, para siempre...”
V
Pero poco el sueño dura,
amargamente despierta,
el calor de la sangre su
garganta toda inunda,
abrasado por dentro y por fuera
por una fiebre misteriosa,
dolor infinito desde sus venas
abiertas por la mordedura de la
amada…
una sombra maligna… una bruja…
vurdalak de los bosques más
recónditos.
“Rusia, eres sombría, tierra oscura y triste,
eres bella, una joya, tienes un brillo dorado que nos
deja ciegos,
y una maldición, eso eres”.
De leyendas y versos
sus sueños trabados,
bajo la hierba fresca yace el
guerrero.
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